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Autore: tuccio
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Date: 01/04/2005
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in spagnolo
quante volte vi siete sentiti dire di fronte ad un problema apparentemente irrisolvibile "cuba è cosi" "così è cuba" etcc........ fidel è riuscito nel compito più difficile addormentare piano piano il popolo.
Meterse en problemas Oscar Mario González, Grupo Decoro
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - La gran desgracia de Cuba no es ni siquiera el régimen que la oprime y asfixia, sino la indiferencia del cubano que desde hace tiempo ha decidido no meterse en problemas. Pero es que los problemas no siempre los hace uno, sino que andando por la vida se nos suelen aparecer a mitad del camino, entorpeciéndolo y llenándolo de abrojos. Lo normal, lo que dicta el sentido común es analizarlos bien, llegar a comprenderlos en sus orígenes, naturaleza y motivaciones, para luego trazar una estrategia que permita enfrentarlos. Siempre con el propósito de hacerlos desaparecer. Porque indudablemente, la vida humana es un constante batallar contra los problemas para reducirlos al mínimo o evitar su acumulación. El cubano ha hecho lo primero, pero no se ha decidido a fomentar lo segundo. Es decir, el habitante de este archipiélago maldecido, sin romperse en nada la cabeza; con la evidencia de los hechos y su repetición durante 46 años, y a fuerza de tropezar cada día con las mismas piedras, conoce muy bien los pormenores del sistema político que está obligado a aceptar, y sus reglas de juego. Sin embargo, no quiere calentarse mucho la mollera buscando las formas que le conduzcan a quitarse de arriba la desgracia promotora de tantas desdichas. Ha hecho suya, en buena medida, a la consigna generalizada de "no coger lucha", aquella cuarteta muy en boga durante la república:
Yo no tumbo caña porque tiene cogollo, que la tumbe el viento con su movimiento.
La visible indiferencia ciudadana y el desgano que muestra por quitarse de arriba las cadenas que lo despersonalizan y convierten en un objeto se explican por la capacidad del totalitarismo para absorber la vida humana en toda la diversidad de sus manifestaciones. No hay aspecto de la individualidad humana que escape a su riguroso control; que no sea invadido por la venenosa fluidez del totalitarismo. Ella permea los recovecos e intersticios de la existencia. Decididamente, el cubano no quiere buscarse problemas y, como en el mundo en que vive lo único que exime de conflictos es el aplauso y la obediencia al poder estatal representado por la figura del líder, ha decidido someterse a la voluntad de ese poder omnímodo. Tal actitud no es privativa de nuestra sociedad. Así han reaccionado todos los países que han padecido el totalitarismo. Cuando llega el totalitarismo se acaban los guapos en Yateras. Se impone la tranquilidad de tranca y la paz de los cementerios. Hasta la cosa nostra, como en la Italia de Mussolini, se acoge al nuevo vivir y pasa a engrosar las filas de la elite, o escapa en busca de otros cielos menos encapotados. Porque el régimen de tal naturaleza es, en sí, una gigantesca mafia. No obstante, los totalitarismos de sello marxista son los más frágiles, a pesar de su omnipotente apariencia. Son regímenes de una dependencia absoluta. Para derribarlos, para hacerlos añicos cual castillos de arena, sólo se requiere de dos cosas: de dignidad ciudadana y de compromiso con el deber cívico. Bastaría que los cubanos que consideran los comicios electorales como farsas o como algo inservible se abstuvieran de asistir a las urnas para que el exiguo grupo de asistentes les privara de legitimidad. Bastaría que los habitantes del archipiélago, despegados y desafectos a los Comités de Defensa de la Revolución, por ver en ellos creaciones revolucionarias, abandonasen sus filas, y que otro tanto hicieran los trabajadores de la Isla, que consideran a la Central de Trabajadores de Cuba como algo inservible y contrario a sus intereses, para que todo el andamiaje totalitario se viniera abajo en un dos por tres. Pero, claro, el isleño considera que ya bastante tiene con la lucha por la subsistencia para andar metiéndose en otros problemas. -------------------------------------------------------------------------------- Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba controla el acceso a Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.
tuccio